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Reordenan los centros de salud para descomprimir Capital y el Conurbano

La Red de Salud del AMBA unificará los criterios de atención y las prestaciones de los centros del primer nivel de atención de la ciudad y la provincia

“Hoy vine a sacar turno para mi esposa”, dice un hombre de mediana edad mientras resguarda su bicicleta de la lluvia. Está por entrar al centro de atención primaria René Favaloro del barrio Trujui, en San Miguel, provincia de Buenos Aires. Vive a una cuadra y destaca las obras de renovación del edificio y el asfalto que, también, trajeron al barrio, donde aún predominan las calles de tierra. “Casi todo lo que necesitamos lo podemos hacer acá, en la salita. A Margarita, mi esposa, le dan las pastillas para la presión todos los meses. Lo único que para los análisis tenemos que ir al hospital”, agrega Nando, como prefiere identificarse.

A casi 80 km de ahí, hacia el sudoeste del Conurbano, a la altura de la cárcel de Ezeiza, del otro lado de la autopista, un edificio bajo recién terminado, de construcción mas moderna que las casas de alrededores y con acceso para ambulancias, justo en el límite con el Barrio La Unión, está listo para la mudanza de la “salita” ubicada a pocas cuadras, frente a la municipalidad. Es el centro de salud unificado El Tala-Villa Golf 10. Con el de San Miguel, son dos de las más de cuatrocientas obras planificadas en el Área de Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para reordenar el sistema de salud público para siete millones de bonaerenses y porteños.

Con este ambicioso plan estructural, las autoridades de la Ciudad y la Provincia prometen que el 90% de las consultas por males menores que saturan las guardias de los hospitales generales y especializados podrá empezar a resolverse en unidades de atención a no más de 15 minutos de distancia.

Se trata de la nueva Red Pública de Salud del AMBA, una región donde vive un tercio de la población del país entre la ciudad y 33 municipios bonaerenses. Las intendencias del Conurbano firman con la Provincia un convenio de adhesión y compromiso para sostener la red en el tiempo.

En esta primera etapa, se está reforzando el primer nivel de atención para problemas que se pueden resolver de manera ambulatoria, sin riesgo de vida, como las enfermedades estacionales, el control del embarazo o ginecológicos, los traumatismos leves o la vacunación. En la Ciudad, por ejemplo, se iniciaron obras para 35 de 46 centros conocidos como Cesac y en los dos centros de especialidades médicas de referencia o Cemar, donde se hacen estudios diagnósticos o se brindan servicios de complejidad media, más especializada, sin ir al hospital. La derivación la hace el médico de cabecera del Cesac.

La Ciudad aprobó su incorporación con los Cesac y los Cemar a la Red de Salud del AMBA en 2016, mientras que la Provincia lo hizo el año pasado a través de los centros de atención primaria de la salud o CAPS de los municipios. Ya participan 24 municipios y se empezaron a relevar los centros de Avellaneda, Esteban Echeverría y San Vicente.

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La inversión estimada a seis años de ambas jurisdicciones es de unos $20.800 millones para la adecuación edilicia y la contratación de profesionales hasta completar 1862 equipos profesionales para el primer nivel.

Las obras también incluyen el tendido de servicios de electricidad, gas y fibra óptica para el uso de las computadoras, el gestor de turnos y la historia clínica electrónica. Ya hay 1.989.853 personas con historia clínica digital en el AMBA.

“El nivel de aceptación fue altísimo en los municipios”, dijo Fernán González Bernaldo de Quirós, coordinador ad honorem de la red. Explicó que en el Conurbano se avanzó primero con los municipios medianos y chicos, de oeste, sur y norte. De las 450 obras que estaban programadas, 220 finalizaron en 12 meses, 120 tienen fecha de entrega entre los próximos meses y el año que viene, y 110 están en proyecto.

Décadas de improvisación: la planificación tuvo en cuenta un relevamiento de enero de 2017 que describió el resultado de décadas de improvisación: el 44% de los centros, las salas o las unidades de pronta atención en el Conurbano se había instalado en zonas inundables, mientras que el 30% estaba cerca de un basural o un relleno sanitario. Uno de cada cinco no daba turnos programados y la misma proporción quedaba en lugares de difícil acceso, con vías de trenes o autopistas sin cruce peatonal. Los robos y la violencia eran comunes dentro del 40% de los centros y a la redonda en el 70% de los casos.

Poco más de un tercio (36,6%) estaba en buen estado como para sólo una puesta a punto. Pero el resto estaba en condiciones regulares (28,3%) o tan malas (35,1%) que hubo que construirlos a nuevo. Un 15% funcionaba en edificios no municipales. Apenas tres de cada 10 centros tenían baño para discapacitados, entre otras deficiencias.

Con este diagnóstico, el equipo de Quirós le presentó a las autoridades del AMBA un proyecto para emparejar la atención entre los Cesac y los CAPS. Los centros que necesitaron sólo una puesta en valor no dejaron de funcionar durante las obras, lo que pacientes y profesionales destacaron, por ejemplo, en marzo pasado durante los arreglos en la Unidad Sanitaria Lanús Oeste, donde también funciona una base del SAME AMBA.

En una recorrida por los CAPS de Pilar, Analía Leguizamón, subsecretaria de atención comunitaria del municipio del noroeste bonaerense, recibió el comentario de un padre que para ella mejor describe el impacto de este reordenamiento. “Después de tanto tiempo, su hija de 7 años pudo acceder a un turno con la fonoaudióloga y empezar a decir palabras. Pilar tenía una sola profesional para todo el municipio y, ahora, hay cuatro -destacó-. La Red AMBA es una mejora importante para la comunidad y el ordenamiento del sistema.”

En ese distrito, donde casi 172.000 de 352.000 habitantes no tienen cobertura, se incorporó un CAPS que ayudará a descongestionar los servicios del Hospital Juan Sanguinetti, a pocas cuadras, y otros cinco debieron volver a construirse porque no se podían ampliar, faltaban cloacas, los techos se llovían o no se podían usar. “No sólo es infraestructura, sino también músculo -dijo Leguizamón-. En dos años, incorporamos a 42 de los 159 profesionales que tanto ayudan en la prevención y la educación de la salud.”

Equipo nuclear: Los profesionales de cada centro están organizados en un equipo nuclear, al que se le asignan entre 3500 y 4000 vecinos. Lo forman un clínico, un pediatra, un odontólogo, un tocoginecólogo, un psicólogo, un trabajador social, un enfermero y un promotor de la salud, que es un vecino con secundario completo que aprobó un curso de formación. Cuando es necesario, ese equipo se amplía con otros especialistas.

Al mes pasado, 15 municipios habían contratado a 1117 profesionales, con sueldos equiparados con la ciudad (unos $60.000 en bruto). Los primeros cuatro años los paga el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, de acuerdo con el convenio que firmado con las intendencias, que se comprometieron a asumir esa obligación en adelante.

Siete municipios informaron que en los salones de usos múltiples o SUM incorporados en el rediseño de estos centros se hicieron 1958 talleres sobre prevención, crianza, adolescencia, salud sexual y reproductiva o embarazo, entre otros temas.

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“Otra fortaleza de la Red AMBA es que los profesionales tienen 30 horas de carga horaria semanal: el 60% es asistencial, el 20% es trabajo extramuros (ir a la casa de los vecinos que no se pueden movilizar, por ejemplo) y el 20% es capacitación online o presencial”, señaló Mercedes Brito, secretaria de Salud del Municipio de Ezeiza, donde la instalación de fibra óptica permitió interconectar 15 centros.

Además de computadoras e impresoras, en los centros hay heladeras para medicamentos y vacunas, balanzas de hasta 250 kg, estufas de esterilización, lavadoras de instrumental, ecógrafos, entre otros, de acuerdo con la organización de los servicios locales. También se incorporaron consultorios de psicología y de odontología.

“Todo esto hace que podamos centrar las consultas en el primer nivel de atención y dejar a los hospitales generales para el segundo nivel. Sin un centro cerca, el Hospital Eurnekian no soportaría toda la demanda de los alrededores”, agregó Brito. “Este proyecto es uno de los más importantes que se hayan hecho en salud pública. Ezeiza siempre tuvo un sistema de salud orientado a la emergencia. Con la Red AMBA cambia el modelo a la prevención. Es la puesta en marcha del primer nivel de atención por excelencia.”

Para Andrés Scarsi, ministro de Salud bonaerense, esta reestructuración, que no será inmediata, está empezando a dar señales de que mejora la accesibilidad. “Los pacientes sin un primer nivel de atención van al hospital -dijo-. Y la entrada por guardia al sistema indica que la demanda está desordenada. Reflejo de esto es que cerca del 90% de las consultas en las guardias son código verde [problemas leves, sin peligro de muerte y que pueden tratarse de manera ambulatoria]. Que un paciente vaya a la guardia de un hospital por el control de un esguince de tobillo no está bien porque si, además, no hay turno con el traumatólogo y viajó dos horas, no accederá a la atención que necesita. Así, ningún sistema resiste.”

En Lanús, uno de los municipios donde esta primera etapa está más avanzada, ya empezó una prueba piloto de referencia y contrarreferencia entre los CAPS y tres hospitales para conectar esos dos primeros niveles.

Una vez terminada esta etapa, será el turno del segundo nivel de atención con los hospitales generales de agudos y, luego, el tercer nivel, con los hospitales de alta complejidad, incluidos los pediátricos y los especializados. La idea es que al tercer nivel de atención sólo se acceda por derivación dentro del sistema.

Otro nombre: Lo que aún varia al cruzar la avenida General Paz es el nombre de los centros de salud con igual función. Mientras que en la ciudad están los Cesac, con su flamante designación de Centros de Salud de Nivel 1, en la provincia funcionan los CAPS.

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Medio millón de personas consultó el año pasado en los Cesac porteños, lo que es cuatro veces más que en 2017, con un 67% de pacientes sin cobertura. En el mismo período, también se triplicó la entrega de medicamentos. Pediatría, medicina general y tocoginecología son los servicios más consultados.

Con la nueva Red de Salud del AMBA, se espera que, para 2020, la población tenga un centro de atención a no más de un cuarto de hora de distancia. Con la historia clínica electrónica, el intercambio de información entre los profesionales de los Cesac o los CAPS con los hospitales para el diagnóstico, segundas opiniones o indicación de estudios y tratamientos, reducirá un 70% los viajes que, de otra manera, tienen que hacer los pacientes en ese proceso de atención.

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